martes, 18 de enero de 2011

LA ADORACIÓN COMO ESTILO DE VIDA | Cap. final: Una perspectiva positiva

No importa la situación que estemos atravesando, la alabanza va a hacer que miremos a la situación desde una perspectiva diferente, desde una perspectiva positiva.

Muchas veces, miramos el problema y cuanto más le miramos ¡más grande se hace! Un día escuché un frase muy interesante: “Deja de hablar a Dios de lo grande que es tu montaña y empieza a hablar a la montaña de lo grande que es tu Dios.” Cuando proclamamos la grandeza de Dios en alabanza y en adoración todo lo demás, incluyendo nuestras montañas, parece pequeño, nuestra situación no ha cambiado, la montaña puede que siga allí, pero la alabanza ha traído una nueva perspectiva a nuestras vidas, una perspectiva positiva. La alabanza nos da alas para que podamos volar por encima de toda situación, problema y montaña. La alabanza nos da alas para que podamos ir a la presencia de Dios y morar donde El habita: la alturas.

- La alabanza nos lleva a las alturas, a la presencia de Dios, y desde esa posición elevada es mucho más fácil creer, orar e interceder.
- La alabanza quita nuestros ojos de nosotros mismos y de la situación que nos rodea y hace que levantemos nuestra mirada a Dios.
- La alabanza hizo que Pablo y Silas no miraran lo que les rodeaba y pusieran su vista en Dios. Al poner su vista en Dios su fe se fortaleció y la respuesta no tardó en llegar.

La Biblia nos dice en Romanos 4:20 hablando de Abraham:

“Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios.”

¿Cómo se fortaleció en fe? Dando gloria a Dios. Nuestra fe se fortalece cuando en medio de un problema damos gloria a Dios.
Cuando alabamos y adoramos a Dios vemos todo problema y situación desde una perspectiva positiva, dejamos de ver nuestro gran problema y empezamos a ver nuestro gran Dios. ¡Aleluya!

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